martes, 23 de julio de 2013

Curry rojo de pollo con arroz basmati


Después de haber descubierto (algo tarde) la comida thai en San Francisco busqué recetas y estrategias para poder hacerla en casa. Esta receta me gustó porque me decía cómo hacer el curry, en lugar de mandarme a comprar un sobrecito ya preparado (que ahora encontré en el barrio chino). En la original (que también probé) se prepara con langostinos. Pero creo que el de pollo sale muy rico y se adapta a todos los gustos (y aparte me salió mejor!).
La receta es del libro 30 minutes meals de Jamie Oliver, uno de mis chefs preferidos. Pero esa es otra historia.
El curry es algo así:
Para la salsa: recortar las puntas duras de dos varitas de lemon grass (se consigue en el barrio chino), aplastar la parte inferior -más dura- con la parte de atrás de un cuchillo y poner en una procesadora con 1 chile rojo picante (sin las semillas), 2 dientes de ajo, 4 hojas de lima, un puñado de cilantro fresco, 2 morrones cocidos, 1 cucharada grande de puré de tomate, 1 cucharada de salsa de pescado), 2 cucharadas de salsa de soja y una cucharadita de aceite de sésamo. Agregar un pedacito de 2 cm aproximadamente de jengibre pelado y procesar hasta que se forme una pasta.
Calentar aceite de oliva en una olla y saltear el pollo, agregar una cucharada de curry y cocinar un minuto. Después agregar unas arvejas, y el resto del curry. Dejar cocinar unos 5 minutos y agregar 400 grs de leche de coco, cocinar a fuego lento hasta que esté listo. Sacar el pollo y antes de servir, colar la salsa, para sacar los filamentos del lemon gras (o, en lugar de procesarlo en el primer paso, sólo poner un pedazo en la salsa ya procesada y retirarlo antes de servir).
Yo le agregué unos tomatitos cherry y cubos de ananá que suman algo de acidez y algo dulce, quedo mucho más sabroso.
Desde ya, esta receta se puede simplificar muchísimo comprando el sobrecito de salsa de curry rojo (hay que tener cuidado porque es muy picante) y agregando sólo la leche de coco, pero me parece que lo valioso es la posibilidad de reconocer qué ingredientes hay en el curry, entender que hay distintos tipos dependiendo de esos ingredientes y que tranquilamente podemos hacerlo en casa. 

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