martes, 14 de octubre de 2014

Broadway Market - Londres

Llegué a Londres sin pensar mucho qué iba a hacer. Ya me habían pasado todas las recomendaciones de lugares turísticos y menos turísticos, tenía mi mapa, las marqué como una buena alumna que soy y salí. Como en todo lo que hago, no paré un segundo, para poder llegar a conocer todo lo que tenía marcado en mi mapa, esas cosas que NO me podía perder (?).
Sin embargo, tuve la suerte (MUCHA!) de alojarme en la casa de dos genios (Mara y David, gracias totales!) en uno de los barrios más alucinantes de la ciudad... Ese a donde los turistas en el frenesi alocado de conocer 78 ciudades europeas en una semana, rara vez llegan. 
Hackney está ubicado al oeste de la ciudad, relativamente (porque en bus son unos 35 minutos y caminando bastante más) cerca de la zona de la Biblioteca de Londres. En me primer visita a Londres todo me pareció raro al principio. Gran amante de Nueva York como soy, todos me dijeron que me iba a gustar mucho, que se parecían; otros que nada que ver, que Londres no era tan lindo... No tenía una idea clara de qué me iba a encontrar, sólo vine. Llegar directo a Hackney me ayudó a entender mucho. Ahí, mi primera impresión fue la de una ciudad sucia (sólo en aspecto, porque no lo es), descuidada, abandonada, rara. A medida que fui descubriendo la ciudad fui entendiendo mejor. Esas zonas que a primera vista del argento-visitante turistico parecen sucias y abandonadas, son las mejores de la ciudad. Nada de Nottin hill (un embole demasiado perfecto para mi gusto), ni los lujos y palacios de lo que alguna vez fue un imperio, ni la modernidad a flor de piel en la arquitectura del centro financiero, lo MEJOR  de Londres está en barrios como Hackney. Barrios que después de la revolución industrial (auge y caida del imperio) fueron ocupados por la clase trabajadora (o sin trabajo) e inmigrantes asiáticos. Series de monoblocks enormes que alguna vez fueron talleres y fabricas transformados en departamentos de hipsters y hippies (a la europea), bares escondidos, cafés y bakeries especializados, restaurantes, y mercados. Zona de gente en bicicleta, hábitos saludables (es el barrio de Londres con más parques, uno de los más "verdes" y en todo momento hay gente corriendo por ahí), y, por supuesto, de comidas saludables, orgánicas, homemade, y gourmet. 
Todos los "almacenes" off licence ofrecen su sector organico con una gran variedad de cereales, pseudocereales (quinoa, etc) y leches vegetales entre otras tantas cosas. 
En medio de este clima, el hippismo londinense se mezcla en mercados donde los puestos son containers, ofreciendo un fin de semana de comidas y buena música, y se puede desde desayunar hasta comprar souvenirs y cosas de diseño por un (no tan para los argentinos) módico precio.
Habiendo planeado mi día de recorrida por los puntos típicos de la ciudad (big ben, london eye, etc etc), salí temprano el sábado a buscar una bicicleta y en el camino me crucé con lo que más disfruté de todo Londres: sus mercados. 
El mercado de Broadway St ofrece TODO. Lo caminé de punta a punta unas 10 veces: variedades de quesos, aceites de oliva, aceitunas, panes, muffins, facturas, bombones, comidas típicas, no tan típicas, y más panes, y más quesos, y más comidas. El paraiso del foodie (y mucho más del foodie devenido en militante de la comida no-industrializada-hecha en casa-pero rica). 
Algo de lo que encontré en el mercado viene más abajo, sino pueden ver el álbum completo por acá: 





  

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